jueves, 29 de junio de 2017

A TRAVÉS DE LA CORTINILLA 25



DAMNOEN SADUAK

Mercado flotante - Bangkok

Una de las visitas obligadas durante un viaje a Bangkok, es sin duda el Mercado flotante de Damnoen Saduak. Se encuentra a cien kilómetros al oeste de Bangkok, pero merece la pena. El Mercado flotante de Damnoen Saduak es uno de los referentes de la vida cotidiana tailandesa. El intercambio entre cientos de vendedores remando por estrechos canales, sus pequeñas barcas repletas de frutas, verduras, ropa e infinidad de artículos, se mezclan con los turistas atónitos y ávidos para captar aquellas instantáneas para llevárselas de recuerdo. Damnoen Saduak, es un bullicio de colores y olores que sólo existe en los canales del sudeste asiático.

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“El humor es el espejo donde se refleja 
lo estúpido del ser humano”.

Manuel Gila


lunes, 19 de junio de 2017

MI NOVELA CHARLIE

Los Rocky steps, las famosas escaleras que aparecieron en la película de Rocky y en algunas de sus secuelas. Esta escalinata, uno de los atractivos turísticos de la ciudad de Filadelfia, en la que diariamente centenares de turistas imitan a Syltester Stallone o a Rocky Balboa, acceden al Museo de Arte de la ciudad.
Huelga decir que los improvisados émulos del famoso boxeador, después de perder el aliento y algo más, subiendo los peldaños, permanecen en lo alto fotografiándose como
 héroes cinematográficos. El museo no importa mucho.  
 FOTO DE ARCHIVO


La pequeña cinta del casete giró sobre sí misma y a los pocos segundos volvió a oírse aquella voz pausada, irónica, punzante y falseada.
Buenos días… o quizás buenas tardes, que más da, capitán Starkey.
Ante todo, ¿debo felicitarle, capitán Starkey, por su reciente y exitosa campaña en estas elecciones primarias? Por supuesto que sí. En realidad no he querido molestarle durante su agotadora gira porque, y perdone mi arrogancia, lo que le voy a decir merece toda su atención.
“Este hijo de mala madre nos ha seguido durante toda la campaña
Masculló el abogado.
Este joven, aunque no lo parezca... este joven que aparece en las fotografías con la cabeza abierta como una sandía, era Stephen Pozzaro, a decir verdad no recuerdo si Pozzaro era el primero o el segundo apellido pero ahora… que más da. Usted tampoco se acordará, capitán Starkey. Uno de sus soldados… un “Charlie”. ¿Recuerda...? Y la otra fotografía no merece ningún comentario, o tal vez sí. De todas formas hablaremos luego. ¿Le parece capitán
Starkey...? El grandullón de Stephen, era en realidad enorme, un bravucón… sin embargo era una buena persona.
Un ítaloestadounidense. Su padre era un napolitano que llegó a los Estados Unidos en busca de fortuna. Nos dijo que pertenecía a la “camorra”.
Pozzaro, el padre, parece ser que también era corpulento y también... con poco cerebro. Abandonó a su mujer y al pequeño Stephen que creció en la granja rodeado de animales.
De muy joven se aficionó al boxeo y lo practicaba asiduamente. En realidad era sparring. No tenía punch, ya sabe… No era bueno y se convirtió en un saco de arena para otros púgiles. Recibió tantos golpes que perdió el entendimiento.
No le estaré aburriendo verdad, ¿capitán Starkey...?
…”Aburrirías a tu madre, cabrón…”
Balbuceó nuevamente Robert Dunetz, mirando su reloj de pulsera.
Sin embargo se alistó al frente. Para combatir en Vietnam, lo cogían todo… ¿Verdad, capitán Starkey...? El fornido de Stephen siempre iba delante del pelotón. En My Lai también. ¿Fue usted capitán Starkey, que le ordenó al soldado Stephen que aquel día expresamente, fuera delante y disparara a todo ser viviente...?
Cuando terminó la guerra Stephen, regresó a su casa cerca de Filadelfia a su granja con su madre y sus cerdos. Cuidaba cerdos, ¿sabe, capitán Starkey...?
¿Conoce Pensilvania, capitán...? No. A usted solo le interesa su Texas…. Pero Stephen llegó mal, sabe. A su pequeño cerebro le costó poco perder la escasa lucidez que poseía. Después del fatal incidente, su madre contaba que se pasaba el día hablando con los cerdos. ¡Qué lástima...! ¿No cree capitán Starkey...?
Como digo, perdió la lucidez.
Era un atrasado mental. Cuando tenían que vender a un cerdo grande, lo colgaba de las patas traseras y lo golpeaba como si fuera un saco, un... punching, ¿sabe...? hasta matarlo, Luego lo despellejaba. No sé cuál de los dos era más animal.
Supongo que se pasó horas para escribir una nota a su madre de despedida.
Le explicaba cómo había matado a más de ochenta vietnamitas en la
aldea de My Lai. Mujeres, niños, ancianos… Todo lo que encontró en su camino.
Vació varios cargadores de su M16, violó y asesinó a varias adolescentes, arrancaba las cabezas a culatazos, insertó a recién nacidos con la bayoneta, como si fueran pinchos para asar, quemó cabañas repletas de personas en su interior…Tenía, en su reducido entendimiento, solo un objetivo: "Matar a todo lo que se mueva...” Era eso, ¿verdad capitán Starkey...? Esta orden nos caló en los huesos. Seguro que, todavía hoy, los pocos “Charlie” que permanecemos vivos, si así se puede llamar a esta pesadilla, tenemos esta frase metida en la cabeza.
Pues el amigo Stephen, el grandullón descerebrado, tuvo la sangre fría de ir a Filadelfia y enfrente del Museo de Arte, subir las “Rocky steps” de tres en tres emulando a Rocky. Era un fanático de la película. Y después de levantar los brazos y jalear que era el más grande y otras idioteces, sacó un 38 corto y se lo introdujo en la boca. Y aquí tiene el resultado… ¡Pobre Stephen...! Solo los cerdos le echarán de menos. Nadie más.
¿Le he refrescado la memoria sobre uno de sus muchos soldados al mando, capitán Starkey...?

Fragmento del capítulo cuarto de mi novela CHARLIE.

Una apasionante relato de supervivencia para olvidar uno de los episodios más sangrantes e ignominiosos de la guerra del Vietnam.





 Si estás interesado en leerla, la encontrarás en
   info@puntorojolibros.com


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“Hoy en día se están haciendo cosas en las películas que yo no haría en la cama, incluso si tuviera la oportunidad.” 

Bob Hope