LA VIDA NO SE MIDE POR EL NÚMERO
DE VECES QUE RESPIRAMOS SINO POR
LOS LUGARES E INSTANTES QUE NOS
QUITAN LA RESPIRACIÓN.
He tenido la gran suerte y el enorme privilegio de viajar por medio mundo acompañando a maravillosas personas que junto a todos los rincones tan asombrosos como irrepetibles que he visitado, los llevo muy dentro de mí.
Pablo Neruda dijo en uno de sus poemas algo parecido a esto:“...Algún día en cualquier lugar te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.. “
Ahora, quiero compartir con vosotros, algunos de estos lugares que por las circunstancias que fuesen, felizmente... perdí la respiración.
La guerra de Vietnam fue un conflicto bélico, cruel y largo.
Fue una lucha sangrienta desde 1955 hasta 1975, para impedir, sin éxito, un gobierno comunista en Vietnam.
Un país de Indochina que la gran mayoría de los jóvenes soldados, desconocían donde estaba ubicado este país asiático en el mapa mundi y en el que, después de veinte años de guerra y de una retirada bochornosa, dejaron más de un millón de vietnamitas muertos.
Sea por la humillante derrota, por los múltiples crímenes de guerra, o por los casi 60.000 soldados norteamericanos fallecidos y miles de desaparecidos, la Guerra de Vietnam, ha marcado una profunda herida en la sociedad norteamericana.
Para rendir homenaje a estos soldados fallecidos, se construyó en 1982, en los Jardines de la Constitución, en Washington, un monumento consistente en dos paredes en forma de V, de granito negro. En ellas se han escrito los nombres de las víctimas.
Las paredes están tan pulidas que se refleja la persona que está observando los nombres y también todo el entorno del parque.
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