domingo, 3 de marzo de 2019

A TRAVÉS DE LA CORTINILLA 41

En 1996 visité por primera vez la ciudad de San Francisco. 
Lo cierto es que es una ciudad singular y, por supuesto, no voy a descubrir sus innumerables motivos por lo que merece la pena visitar esta metrópoli californiana.
Sin embargo, desde aquel año 1996 y en las siguientes ocasiones que he tenido la fortuna de volver a visitar San Francisco, me sorprende la diversidad cultural que se respira en sus calles.
Probablemente hoy, esta apreciación particular se percibe en infinidades de ciudades. No lo pongo en duda.
En esta página, quisiera destacar la imagen de una belleza urbana tan peculiar, que también se me quedó reflejada en la memoria. 
Haight Ashbury es uno de los distritos más peculiares de San Francisco. Además de convertirse en un símbolo del movimiento hippie en los años 60, hoy este distrito,  mantiene un estilo bohemio parecido a cualquier ciudad europea.
Haight Ashbury, se encuentra en la parte alta de la ciudad y situado en una colina, se eleva el enorme y precioso parque del Alamo Square, desde el que se divisa unas bellísimas vistas de la ciudad.
Sentado en la hierba, junto a centenares de personas esparcidas por el prado, la imagen de las casas de estilo victoriano, llamadas Pantied Ladies, llaman poderosamente la atención.
Unas casas de muñecas pero habitadas por personas de carne y hueso en una de las ciudades más carismáticas de la costa californiana de los Estados Unidos de America.
Imperdible.

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