miércoles, 29 de julio de 2015

A TRAVÉS DE LA CORTINILLA 5


¡EL REY HA MUERTO. LARGA VIDA AL REY!


Durante el periodo de apareamiento entre el rey de la selva y una leona, suelen copular entre veinte y cuarenta veces al día.
Eso sí, a la misma velocidad que tardó la cortinilla de mi Nikkon en captar esta imagen.


Este dato tiene dos lecturas bien diferenciadas: una frívola y otra esperanzadora.
La primera es que resta importancia a la foto que realicé en el Parque del Serengueti en Tanzania en el 2009.
Copulando tantas veces al día, me refiero a los leones, lógicamente, cualquier privilegiado, sentado en un todo terreno, recorriendo la sabana africana con una cámara fotográfica provista de un buen zoom, puede lograr esta instantánea.
Y la otra lectura, mucho más seria, es que copulando tantas veces al día, existen muchas más probabilidades que la leona pueda parir cachorros de felinos para seguir repoblando la selva africana.
¿Por qué deben seguir repoblando los animales salvajes la selva africana?
Por la sencilla razón que existen otros animales, llamados, generosamente humanos, que utilizan armas, y sin ningún escrúpulo, se dedican a abatirlos por el simple y macabro motivo de decorar un pavimento de mármol o parquet en su lujosa casa. Eso sí, por el módico precio de 50.000€.
La hermosa cabeza y la piel despellejada del león Cecil, atracción turística de Zimbabue, ya sólo será una atracción para este descerebrado cazador que podrá admirar el desgraciado felino transformado en triste decorado.

Coincidiendo con esta desagradable noticia, la primatóloga Jane Goodall, ha recibido el Premio Nacional Catalunya.
La mayor experta mundial de los chimpancés atestigua que compartimos el 98% del genoma y afirma: “...es arrogante pensar que somos diferentes a ellos...”
Leyendo estas noticias, y pensando detenidamente en las conclusiones de la eminente profesora, me pregunto:
¿Y si algún día, un grupo de primates se les ocurre decorar  las copas de sus árboles, con cabezas humanas?
Ellos no pagarían un duro.
Pues... se terminarían las cacerías legales e ilegales, de leones, elefantes, rinocerontes y otros animales salvajes... se terminarían los safaris fotográficos bucólicos por la sabana de esta maravillosa África negra y a lo mejor saltaría la alarma del peligro de extinción de un animal que anda a dos patas...
Pero antes de terminar, se me ocurre una incógnita: ¿estos antropoides, se inclinarían por las cabezas de los humanos blancos o negros...?

No hay comentarios:

Publicar un comentario