Un hotel no es solo una habitación para dormir
Estos establecimientos en los que he permanecido algunas semanas, varios días y en unos casos...horas, han sido el refugio anhelado en un lugar insólito con una soledad efímera pero intensa. Durante muchos años tuve que viajar con bastante frecuencia por medio mundo visitando numerosos hoteles y pernoctar en muchos de ellos y no pretendo recomendar ni aconsejar ninguno. No soy ningún agente de viajes ni intento serlo y probablemente algunos de estos hoteles hayan cambiado el nombre, pertenezcan a otra cadena hotelera o quizá ya no existan, aunque mis breves comentarios aplique el verbo en tiempo presente... Lo cierto es que jamás los olvidaré.
NGORONGORO SOPA LODGE
Y todos los materiales que utiliza para la construcción y decoración de sus establecimientos son exclusivamente africanos.
Una muestra de ello es el Ngorongoro Sopa Lodge que como su nombre indica, se encuentra en lo alto de la colina Lemala en el borde oriental del cráter del Ngorongoro en Tanzania.
En África existen lugares excepcionalmente bellos, es una afirmación gratuita porque casi todo el mundo los sabe, pero me gusta remarcarlo. Y este lugar, concretamente el cráter del Ngorongoro, es uno de ellos.
Y aunque un cráter parezca árido, devastado y deshabitado, es justamente lo contrario.
El cráter del Ngorongoro, se encuentra dentro de la falla geológica del Gran Valle del Rift y es un verdadera maravilla natural.
El cráter, de 20 kilómetros de diámetro, alberga, además de bosques, sabanas, lagos y pantanos, más de veinte mil especies de animales salvajes.
En este particular mundo natural, es posible ver a los "cinco grandes". Los cinco animales más característicos de África:
el león, el leopardo, el búfalo, el elefante y el rinoceronte.
El Ngorongoro Sopa Lodge, cuenta con noventa amplias habitaciones y desde ellas o desde el edificio central, se observan unas maravillosas vistas del interior del cráter.
En el interior del cráter, además de los animales que he descrito, se puede fotografiar una imagen del lago Magadi, repleto de miles de flamencos, y cerca del hotel se puede visitar un poblado masai, que comprando cuatro chucherías, estos pastores nómadas efectúan los característicos saltos impresionantes.
No me extenderé más porque ahora mismo estoy pensando en hacer, no sé cuando, un monográfico de Tanzania.
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