DUNAS DE MERZOUGA
Zaira es el título de mi primera novela que la terminé en la primavera de 2006.
Debo decir que este relato está basado en personas y ambientes reales, fruto de un viaje que realicé en el desierto de Erg Chebbi, Marruecos, gracias a una invitación de mi amigo David Pujol.
En estas espectaculares dunas de Merzouga, empecé a escribir mentalmente lo que meses después se transformaría en mi novela Zaira.
A pie de las dunas, los camelleros esperan con sus dromedarios, asentados en sus cuatro patas, a los turistas y recibir un puñado de dirhams, para salvar una calamitosa tarde.
El atardecer es el punto álgido para que estos marroquíes, puedan captar nuevos clientes.
Las formas y colores de estos espectaculares montículos de arena, son tan versátiles que en poco tiempo proporcionan un paisaje sideral sin parangón.
Zaira es una joven palestina que pertenecía a un movimiento extremista de la resistencia.
En el primer atentado suicida que se le encomendó, la chica se acobardó y se desprendió del cinturón de explosivos que le rodeaban el cuerpo.
Huyó del restaurante destrozado, ya que su compañera si que explosionó la carga, huyó de su ciudad, Ramallah y por supuesto huyó de Palestina.
En esta fuga desesperada, recorrió Egipto, Túnez, Argelia y Marruecos. Pero Zaira, desgraciadamente no iba sola.
El servicio israelí de inteligencia, le pisaba los talones y una terrorista que atenta contra los intereses del pueblo judío, merece la muerte. El Mossad no perdona.
A pie de las dunas, los camelleros esperan con sus dromedarios, asentados en sus cuatro patas, a los turistas y recibir un puñado de dirhams, para salvar una calamitosa tarde.
El atardecer es el punto álgido para que estos marroquíes, puedan captar nuevos clientes.
Las formas y colores de estos espectaculares montículos de arena, son tan versátiles que en poco tiempo proporcionan un paisaje sideral sin parangón.
Zaira es una joven palestina que pertenecía a un movimiento extremista de la resistencia.
En el primer atentado suicida que se le encomendó, la chica se acobardó y se desprendió del cinturón de explosivos que le rodeaban el cuerpo.
Huyó del restaurante destrozado, ya que su compañera si que explosionó la carga, huyó de su ciudad, Ramallah y por supuesto huyó de Palestina.
En esta fuga desesperada, recorrió Egipto, Túnez, Argelia y Marruecos. Pero Zaira, desgraciadamente no iba sola.
El servicio israelí de inteligencia, le pisaba los talones y una terrorista que atenta contra los intereses del pueblo judío, merece la muerte. El Mossad no perdona.
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Zaira 2006 |
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