HOMO LANCERO TORDESILLANO
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Cartel promocional
Descubierta una nueva especie humana.
Digital Newspaper Septiembre 3115
Los fósiles descubiertos en una cueva, de la que fue una aldea llamada Tordesillas, hace ahora 1100 años y según expertos paleoantropólogos, pertenecen a una de las especies humanas más primitivas que se han encontrado en la península situada al sur de Europa registrada como "Spainisdifferent" El profesor
Pi 3,1416, especialista en este tipo de hallazgos, afirma que se trata de una rara especie procedente directamente de
los ya, desaparecidos hoy en día, ancestros primates. Los esqueletos aparecidos en la cueva, todos
ellos junto a unas lanzas, tienen el cráneo pequeño, y se deduce que en su
interior no había demasiado espacio para ubicar la suficiente masa encefálica
para desenvolverse con un mínimo de inteligencia. Este descubrimiento, según los paleoantropólogos,
ha abierto una incógnita en el comportamiento salvaje de esta especie, con el
resto de los “humanos” El “lancero
tordesillano”, ha sido catalogado, según su precario razonamiento, como
sentimentalmente analfabeto, culturalmente ignorante y conceptualmente troglodita. Los recientes estudios sobre esta irracional
especie, han desvelado su afición cruel y salvaje al alanceamiento hasta la
muerte de un toro bravo, animal utilizado con frecuencia en aquella desalmada península
para celebrar fiestas y festejos medievales y ensalzamiento a la barbarie. Entre los fósiles descubiertos, uno de ellos
portaba en una mano un pequeño bastón identificado como báculo y según los paleoantropólogos, representaba al jefe de la
tribu que con total impunidad permitía esta crueldad llamada “El Toro de la Vega”. Se desconoce, más de mil cien años después, si esta
barbarie se extinguió por la desaparición del animal conocido como “toro bravo” o por el suicidio colectivo
de los “lanceros tordesillanos” por
un súbito efecto “Pigmalión negativo”.
Península Ibérica, Miércoles 16 de Septiembre de 2015
Probablemente,
esta noticia, o alguna parecida, se podría publicar de aquí a mil años, pero
hoy mi sentido común y mi repulsivo maltrato a los animales, me impulsan a
desahogarme de la única manera sensata que se me ocurre: escribiendo.
Ha vuelto a
suceder. Por enésima vez, en Tordesillas, a pocos kilómetros de Valladolid, la
crueldad y el sadismo en su máxima definición de la España profunda, ha vuelto a resucitar. Decenas de
descerebrados, con lanzas o sin ellas, a caballo o a pie, han humillado,
maltratado, torturado y asesinado a “Rompesuelas”,
un toro bravo que ha sido lanceado hasta morir. Y estos salvajes nos han vuelto a poner en bandeja la vergüenza nacional.
Sin que
nadie lo haya impedido, ni los centenares de animalistas que, jugándose la vida ante los violentos defensores de este festejo medieval, ni el alcalde, otro botarate, que ha incitado a
celebrar este acto canallesco, alegando que la fiesta de “El Toro de la Vega”,
que así se llama esta barbarie, está incluida en el reglamento de espectáculos
taurinos de la Junta de Castilla y León, ni los políticos y nadie, han impedido que la vida del animal, una vez en el circo vallisolitano de la muerte, durara apenas veinte minutos.
Desgraciadamente,
el toro bravo, animal autóctono de la península, es vejado, mortificado e
incluso, también asesinado en otras lides de este país. En fiestas populares de este país, toros de 600 kilos o becerros jóvenes son pateados, apedreados, incendiados por las astas y muertos a tiros, según el grado de brutalidad de los habitantes.
Hay que tener en cuenta que la tauromaquia se define como “el arte de lidiar toros” , sin
comentarios...Precisamente
son las corridas de toros en donde se ensalza más esta definición, aunque creo
que tienen gran similitud con los circos romanos, pero es una opinión muy
particular. Al criminal
le importa un rábano el lugar para matar a su víctima, sea arena, asfalto o
adoquinado. En el
lamentable caso de “El Toro de la Vega”, después de recorrer las calles del
pueblo vallisoletano, el astado y el resto de animales lanceros, llegan al “Campo de Honor”. ¡Campo de
Honor! ¿Qué honor? ¿El honor del toro que lo perderá en el mismo instante que,
irremediablemente, pierda la vida?¿O quizás
el honor de los vándalos, que por no tener no tienen ni moral ni respeto de
nada y de nadie?“
Deseo firmemente que este año 2015, sea el último en celebrarse atrocidades con los animales en cualquier pueblo de España.
... mi querida España. Esta España viva, esta
España muerta...¿...dónde están tus ojos? ¿Dónde están tus manos?
¿Dónde tu cabeza...?”
Probablemente,
Cecilia la escribió sin pensar en semejante atrocidad. ¿O no?
HOMO LANCERO TORDESILLANO
Descubierta una nueva especie humana.
Digital Newspaper Septiembre 3115
Península Ibérica, Miércoles 16 de Septiembre de 2015
Probablemente, esta noticia, o alguna parecida, se podría publicar de aquí a mil años, pero hoy mi sentido común y mi repulsivo maltrato a los animales, me impulsan a desahogarme de la única manera sensata que se me ocurre: escribiendo.
Ha vuelto a suceder. Por enésima vez, en Tordesillas, a pocos kilómetros de Valladolid, la crueldad y el sadismo en su máxima definición de la España profunda, ha vuelto a resucitar. Decenas de descerebrados, con lanzas o sin ellas, a caballo o a pie, han humillado, maltratado, torturado y asesinado a “Rompesuelas”, un toro bravo que ha sido lanceado hasta morir. Y estos salvajes nos han vuelto a poner en bandeja la vergüenza nacional.
Sin que nadie lo haya impedido, ni los centenares de animalistas que, jugándose la vida ante los violentos defensores de este festejo medieval, ni el alcalde, otro botarate, que ha incitado a celebrar este acto canallesco, alegando que la fiesta de “El Toro de la Vega”, que así se llama esta barbarie, está incluida en el reglamento de espectáculos taurinos de la Junta de Castilla y León, ni los políticos y nadie, han impedido que la vida del animal, una vez en el circo vallisolitano de la muerte, durara apenas veinte minutos.
Desgraciadamente, el toro bravo, animal autóctono de la península, es vejado, mortificado e incluso, también asesinado en otras lides de este país. En fiestas populares de este país, toros de 600 kilos o becerros jóvenes son pateados, apedreados, incendiados por las astas y muertos a tiros, según el grado de brutalidad de los habitantes.
Hay que tener en cuenta que la tauromaquia se define como “el arte de lidiar toros” , sin comentarios...Precisamente son las corridas de toros en donde se ensalza más esta definición, aunque creo que tienen gran similitud con los circos romanos, pero es una opinión muy particular. Al criminal le importa un rábano el lugar para matar a su víctima, sea arena, asfalto o adoquinado. En el lamentable caso de “El Toro de la Vega”, después de recorrer las calles del pueblo vallisoletano, el astado y el resto de animales lanceros, llegan al “Campo de Honor”. ¡Campo de Honor! ¿Qué honor? ¿El honor del toro que lo perderá en el mismo instante que, irremediablemente, pierda la vida?¿O quizás el honor de los vándalos, que por no tener no tienen ni moral ni respeto de nada y de nadie?“
Deseo firmemente que este año 2015, sea el último en celebrarse atrocidades con los animales en cualquier pueblo de España.
... mi querida España. Esta España viva, esta España muerta...¿...dónde están tus ojos? ¿Dónde están tus manos? ¿Dónde tu cabeza...?”
Probablemente, Cecilia la escribió sin pensar en semejante atrocidad. ¿O no?
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Cartel promocional |
Descubierta una nueva especie humana.
Digital Newspaper Septiembre 3115
Los fósiles descubiertos en una cueva, de la que fue una aldea llamada Tordesillas, hace ahora 1100 años y según expertos paleoantropólogos, pertenecen a una de las especies humanas más primitivas que se han encontrado en la península situada al sur de Europa registrada como "Spainisdifferent" El profesor Pi 3,1416, especialista en este tipo de hallazgos, afirma que se trata de una rara especie procedente directamente de los ya, desaparecidos hoy en día, ancestros primates. Los esqueletos aparecidos en la cueva, todos ellos junto a unas lanzas, tienen el cráneo pequeño, y se deduce que en su interior no había demasiado espacio para ubicar la suficiente masa encefálica para desenvolverse con un mínimo de inteligencia. Este descubrimiento, según los paleoantropólogos, ha abierto una incógnita en el comportamiento salvaje de esta especie, con el resto de los “humanos” El “lancero tordesillano”, ha sido catalogado, según su precario razonamiento, como sentimentalmente analfabeto, culturalmente ignorante y conceptualmente troglodita. Los recientes estudios sobre esta irracional especie, han desvelado su afición cruel y salvaje al alanceamiento hasta la muerte de un toro bravo, animal utilizado con frecuencia en aquella desalmada península para celebrar fiestas y festejos medievales y ensalzamiento a la barbarie. Entre los fósiles descubiertos, uno de ellos portaba en una mano un pequeño bastón identificado como báculo y según los paleoantropólogos, representaba al jefe de la tribu que con total impunidad permitía esta crueldad llamada “El Toro de la Vega”. Se desconoce, más de mil cien años después, si esta barbarie se extinguió por la desaparición del animal conocido como “toro bravo” o por el suicidio colectivo de los “lanceros tordesillanos” por un súbito efecto “Pigmalión negativo”.
Probablemente, esta noticia, o alguna parecida, se podría publicar de aquí a mil años, pero hoy mi sentido común y mi repulsivo maltrato a los animales, me impulsan a desahogarme de la única manera sensata que se me ocurre: escribiendo.
Ha vuelto a suceder. Por enésima vez, en Tordesillas, a pocos kilómetros de Valladolid, la crueldad y el sadismo en su máxima definición de la España profunda, ha vuelto a resucitar. Decenas de descerebrados, con lanzas o sin ellas, a caballo o a pie, han humillado, maltratado, torturado y asesinado a “Rompesuelas”, un toro bravo que ha sido lanceado hasta morir. Y estos salvajes nos han vuelto a poner en bandeja la vergüenza nacional.
Sin que nadie lo haya impedido, ni los centenares de animalistas que, jugándose la vida ante los violentos defensores de este festejo medieval, ni el alcalde, otro botarate, que ha incitado a celebrar este acto canallesco, alegando que la fiesta de “El Toro de la Vega”, que así se llama esta barbarie, está incluida en el reglamento de espectáculos taurinos de la Junta de Castilla y León, ni los políticos y nadie, han impedido que la vida del animal, una vez en el circo vallisolitano de la muerte, durara apenas veinte minutos.
Desgraciadamente, el toro bravo, animal autóctono de la península, es vejado, mortificado e incluso, también asesinado en otras lides de este país. En fiestas populares de este país, toros de 600 kilos o becerros jóvenes son pateados, apedreados, incendiados por las astas y muertos a tiros, según el grado de brutalidad de los habitantes.
Hay que tener en cuenta que la tauromaquia se define como “el arte de lidiar toros” , sin comentarios...Precisamente son las corridas de toros en donde se ensalza más esta definición, aunque creo que tienen gran similitud con los circos romanos, pero es una opinión muy particular. Al criminal le importa un rábano el lugar para matar a su víctima, sea arena, asfalto o adoquinado. En el lamentable caso de “El Toro de la Vega”, después de recorrer las calles del pueblo vallisoletano, el astado y el resto de animales lanceros, llegan al “Campo de Honor”. ¡Campo de Honor! ¿Qué honor? ¿El honor del toro que lo perderá en el mismo instante que, irremediablemente, pierda la vida?¿O quizás el honor de los vándalos, que por no tener no tienen ni moral ni respeto de nada y de nadie?“
Deseo firmemente que este año 2015, sea el último en celebrarse atrocidades con los animales en cualquier pueblo de España.
... mi querida España. Esta España viva, esta España muerta...¿...dónde están tus ojos? ¿Dónde están tus manos? ¿Dónde tu cabeza...?”
Probablemente, Cecilia la escribió sin pensar en semejante atrocidad. ¿O no?
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