Fotos archivo
Un arco de triunfo milenario, junto a otros monumentos romanos de la ciudad de Palmira, a 215 kilómetros de la capital de Siria, Damasco, han sido destruidos por el Estado Islámico, por "símbolos de idolatría pagana".
La ciudad de Palmira, considerada Patrimonio de la Humanidad, estaba situada en la "Ruta de la Seda" y era un oasis en medio del desierto."
Hoy, el resto de esta joya arqueológica podría desaparecer, como otras ruinas similares, por la violencia pervertida de unos vándalos sin escrúpulos.
En esta ocasión, y 2.000 años después, ha "triunfado" la barbarie, la intolerancia y el fanatismo.
Afortunadamente y a unos 400 kilómetros, aproximadamente y en territorio jordano, podemos contemplar, de momento, las ruinas de Jerash, la hermana pequeña de Palmira.
Después de visitar Jordania, imploro que la crueldad del terrorismo no sacuda a este país y el turismo prolifere para que esta joya arqueológica y otras maravillas no permanezcan en el olvido.
Sin embargo, la proximidad de Jordania con su país vecino, Siria, me impide ser totalmente optimista.
Jerash, fue una ciudad muy próspera en los siglos I y II d.C. en la época que los romanos buscaban un lugar para controlar el tránsito de las caravanas que desde Petra se dirigían hacia Siria y Mesopotamia.
Todos los arcos de triunfo de distintas ciudades son muy similares, evidentemente salvando las distancias y comparándolos con sus respectivos estilos arquitectónicos.
Pero el desaparecido arco de Palmira (foto superior) como el Arco de Adriano en Jerash, tenían un parecido asombroso.
Las ruinas de Jerash en Jordania, así como otros vestigios emplazados por la Tierra, todavía se pueden contemplar siendo una herencia de la historia y en la mayoría de los casos, la cuna de civilizaciones milenarias que nacieron y vivieron con sus propias leyes, ideologías y religiones y que nadie por ningún motivo puede destruirlas.
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