domingo, 18 de septiembre de 2016

LUGARES E INSTANTES... 18


LA VIDA NO SE MIDE POR EL NÚMERO

 DE VECES QUE RESPIRAMOS SINO POR

 LOS LUGARES E INSTANTES QUE NOS

 QUITAN LA RESPIRACIÓN.

He tenido la gran suerte y el enorme privilegio de viajar por medio mundo acompañando a maravillosas personas que junto a todos los rincones tan asombrosos como irrepetibles que he visitado, los llevo muy dentro de mí.
Pablo Neruda dijo en uno de sus poemas algo parecido a esto:“...Algún día en cualquier lugar te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.. “
Ahora, quiero compartir con vosotros, algunos de estos lugares que por las circunstancias que fuesen, felizmente... perdí la respiración. 

ULURU

(La montaña sagrada de los anangu)



Cuando hablamos de Australia nos viene a la mente los canguros saltarines y la Ópera de Sidney, pero evidentemente existe mucho más.
¿Cómo no va a existir más cosas en un continente de casi ocho millones de kilómetros cuadrados...?
Pues uno de los lugares que puedes perder la respiración, se encuentra en el centro de Australia. Yo creo que es uno de estos lugares que dicen estar más lejos del mundo... aunque a decir verdad, todo depende en dónde te encuentres, digo yo...
Bien, lo cierto es que me encontré en una inmensa llanura en el centro del país, en el Parque Nacional Uluru-Kata Tjuta en el año 2003.
Hago referencia al año, porque estoy convencido que ahora todo aquel territorio desértico, habrá cambiado muchísimo.
Era un día soleado, como el resto del año y con una temperatura asfixiante. Por aquel entonces, los coches llegaban a pie del monolito. Una inmensa montaña de arena rojiza de más de trescientos metros de altura que se levantaba en la nada.
Me encontraba delante del monolito sagrado de los anangu, una de las tribus aborígenes de Australia y rodeado de millones de moscas.
Lo de "sagrado", como en muchos países, la gente se lo pasa por el forro y estaba permitido trepar por la roca, incluso habían colocado una cuerda para poderse sujetar.
Yo creo que el jefe de la tribu, envió a un ejercito de moscas para protestar por la falta de respeto de los turistas.
No he regresado a ese continente, pero estoy convencido que los aborígenes originarios de Australia, después de muchos años reivindicando sus mínimos derechos, las autoridades competentes, han permitido acordonar la zona y se ha prohibido escalar la montaña sagrada de la que los anangu, son propietarios ancestrales.


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