domingo, 8 de enero de 2017

A TRAVÉS DE LA CORTINILLA 20


SALVADOR DE BAHÍA

La ciudad más africana fuera de África


La ciudad de Salvador en Brasil, está situada en la península de la Bahía de Todos los Santos.
(Creo que he comentado algo de esta ciudad en mi blog en alguna ocasión, pero recientemente vi un programa de  cocina brasileña en televisión e irremediablemente rememoré agradables recuerdos de esta ciudad…)
El nombre de Bahía se remonta en 1501 cuando Americo Vespuccio llegó a esta península el 1 de noviembre.
Salvador de Bahía es una ciudad con arraigadas costumbres y tradiciones africanas porque no hay que olvidar que a mediados del siglo XVI, se convirtió en el mayor puerto de entrada de esclavos africanos.

BARRIO DEL PELOURINHO
El barrio del Pelourinho, es el mayor conjunto barroco de estilo portugués que existe fuera de Europa.
Es conocido por sus coloridos edificios y multitudes iglesias y monasterios. En Baía, como la llaman los nativos, existen 365 iglesias, una para cada día del año.
En sus calles empedradas, constantemente se concentran los característicos grupos de tambores y bandas de samba-reggae.

IGLESIA DE SAN FRANCISCO

En el mismo bario del Pelourinho, se encuentra la Iglesia de San Francisco de Asís, considerada uno de los templos barrocos más fabulosos del mundo. Dentro de la iglesia se encuentran unas preciosas tallas de madera de jacarandá. 

MERCADO MODELO
El Mercado Modelo, es un edificio de estilo neoclásico construido en 1861 y está considerado como uno de los mayores centros de artesanía en todo Brasil.
Antiguamente se comercializaban los esclavos y se encuentra justo al lado del Elevador Lacerda, un ascensor de 72 metros que une la ciudad baja con el barrio del Pelourinho y las zonas más turísticas.

IGLESIA DEL SEÑOR DE BONFIM

La iglesia del Señor de Bonfim, es una de las iglesias católicas más queridas para los bahianos.
Según la tradición, para que se cumplan los deseos de las famosas cintas de colores de Bonfim, te la deben regalar. Las bahianas la obsequian y te la sujetan a la muñeca con tres nudos mientras uno solicita un deseo. La tradición dice que cuando la cinta se deshace se cumple el deseo.
Las amables bahianas  posan sonrientes para la foto y por supuesto esperan una propina.
Yo aún tengo un hilo delgado de color negro sujeto a mi muñeca, de lo que fue una “fila do señor do Bonfim”, que una guapa bahiana me la regaló mientras tomaba una  “caipirinha” en el Pelourinho, hace un montón de años.
El día que se desprenda de mi muñeca la echaré de menos y no sabré si se cumplen o no los deseos… Obviamente no me acuerdo en absoluto de mis deseos.
No obstante, podría ser un buen pretexto para regresar a Salvador de Bahía de todos los Santos…

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