LAS MANOS DE DIOS...
Ahora sí. Ahora estoy convencido que en la Santa Cena se sirvió sushi.
El otro día descubrí que el sushi del Kura es un manjar de dioses. Os lo cuento.En todas las grandes ciudades del mundo, encontrar un restaurante chino, italiano, coreano, peruano, mejicano, español o japonés es relativamente fácil.
Pero si estáis en Nueva York y queréis comer el mejor sushi de la ciudad, deberéis ir al Restaurante Kura, en el130 de St. Marks Place.
Un local tan reducido como acogedor y con un servicio extraordinariamente exquisito. No intentéis ir sin reserva.
Hay que acomodarse en la barra, porque enfrente está el espectáculo.
Doce deliciosos fragmentos de diferentes pescados crudos: atún, halubut, vieiras, anguila de mar, erizo, pez gato, caballa, huevas de salmón...macerados, amasados y blandeados por las manos desnudas de un oriundo japonés, se introducían casi directamente en mi paladar, sin moratoria previa.
Un constante deleite en una algarabía de sabores deliciosos y a la vez excluidos, hasta ahora, de mi esquema cotidiano.
Sencillamente espectacular.
No. No estuve en la Santa Cena, pero en el Kura, degusté una cena bendita y servida por unas manos divinas.
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