LA VIDA NO SE MIDE POR EL NÚMERO
DE VECES QUE RESPIRAMOS SINO POR
LOS LUGARES E INSTANTES QUE NOS
QUITAN LA RESPIRACIÓN.
He tenido la gran suerte y el enorme privilegio de viajar por medio mundo acompañando a maravillosas personas que junto a todos los rincones tan asombrosos como irrepetibles que he visitado, los llevo muy dentro de mí.
Pablo Neruda dijo en uno de sus poemas algo parecido a esto:“...Algún día en cualquier lugar te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.. “
Ahora, quiero compartir con vosotros, algunos de estos lugares que por las circunstancias que fuesen, felizmente... perdí la respiración.
EL EJÉRCITO DE TERRACOTA DEL
EMPERADOR QIN SHI HUANG
El señor Yang Zhifa firmándome un libro en el museo de Xián (1999) |
En la primavera de 1974, este campesino llamado Yang Zhifa, descubrió al perforar un pozo, en el cantón de Yanzhai cerca de la ciudad de Xián (China), varios soldados de terracota a tamaño natural.
Las excavaciones posteriores dieron con más de siete mil figuras, caballos y carros en formación de combate. Un extraordinario ejército, puesto allí, hace más de dos mil doscientos años, para proteger los restos mortales del primer emperador chino, Qin Shi Huang.
Pues para el amigo Yang, este espectacular descubrimiento, Patrimonio Histórico Cultural Mundial de la UNESCO, le ha servido el gran honor imperial para estar sentado durante todo el puñetero día firmando ejemplares de libros de esta efemérides en la pequeña tienda del museo del mausoleo.
Como el pobre ex-campesino ya tiene sus años, (yo lo conocí en 1999) y ahora debe de estar bastante estropeado, y para no disminuir las ventas cuando se toma sus merecidos recesos y descansa de su ardua tarea de firmar libros, (que me lo digan a mi el día de Sant Jordi), las mentes ilustres del museo, lo sustituyen por otro chino que sigue garabateando la página en blanco para dedicatorias con la artística e ilegible caligrafía china.
También es cierto que Yang Zhifa, no lo conoce nadie y como casi todos los chinos se parecen, si cuela... cuela.
Pues para el amigo Yang, este espectacular descubrimiento, Patrimonio Histórico Cultural Mundial de la UNESCO, le ha servido el gran honor imperial para estar sentado durante todo el puñetero día firmando ejemplares de libros de esta efemérides en la pequeña tienda del museo del mausoleo.
Como el pobre ex-campesino ya tiene sus años, (yo lo conocí en 1999) y ahora debe de estar bastante estropeado, y para no disminuir las ventas cuando se toma sus merecidos recesos y descansa de su ardua tarea de firmar libros, (que me lo digan a mi el día de Sant Jordi), las mentes ilustres del museo, lo sustituyen por otro chino que sigue garabateando la página en blanco para dedicatorias con la artística e ilegible caligrafía china.
También es cierto que Yang Zhifa, no lo conoce nadie y como casi todos los chinos se parecen, si cuela... cuela.
El emperador Qin Shi Huang de la dinastía Qin, que según cuenta la historia, su voz era como un aullido de chacal y su corazón estaba desprovisto de misericordia, unificó China y además de construirse este increíble séquito para su entierro, es el responsable de la edificación de la Gran Muralla China, con un saldo de dos millones de muertos. A pesar de todo, hoy está considerado como un colosal fundador de la historia de China.
El cabroncete del emperador, poco después de tomar el poder, reclutó a 700.000 esclavos para construir su caprichoso mausoleo.
Este fantasmagórico sepulcro consta de una pirámide de 76 metros de altura rodeada de murallas y sofisticados sistemas de alarma. En su interior y además de un tesoro incalculable enterraron vivas, a sus concubinas, a los ingenieros que idearon los artilugios de seguridad y algún que otro pardillo para hacerle compañía.
El mausoleo del emperador Qin Shi Huang fue descubierto después del ejército de terracota pero las autoridades chinas son reacias a entrar en la pirámide y no correr riesgos.Allí está para descubrirlo y abrir otro capítulo de la historia.
Si tenéis oportunidad de viajar a Pekín, no dejéis de visitar Xián, que se encuentra a una hora en avión de la capital de China, o si sois adictos al trekking, ruming, footing, jogging... o cualquier otro sistema de maltrataros físicamente, podéis emprender la mítica Ruta de la Seda:
Saliendo a la derecha os encontraréis Italia, luego Turquía, Siria, Irak, Pakistán, Uzbekistán, Tayikistán, Mongolia y finalmente Chang'an, la actual Xián que hace más de 2.000 años, fue la mayor metrópolis del mundo y durante 11 años capital del Imperio Chino.
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