LA VIDA NO SE MIDE POR EL NUMERO DE VECES QUE RESPIRAMOS SINO POR LOS LUGARES E INSTANTES QUE NOS QUITAN LA RESPIRACION...
He tenido la gran suerte y el enorme privilegio de viajar por medio mundo acompañando a maravillosas personas que junto a todos los rincones tan asombrosos como irrepetibles que he visitado, los llevo muy dentro de mí.
Pablo Neruda dijo en uno de sus poemas algo parecido a esto:“...Algún día en cualquier lugar te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.. “
Ahora, quiero compartir con vosotros, algunos de estos lugares que por las circunstancias que fuesen, felizmente... perdí la respiración.
MIGRACIÓN
Más de un
millón y medio de ñus, cebras y búfalos se desplazan anualmente a las llanuras
de Massai Mara en busca de pastos frescos, procedentes de las desecadas tierras
de Serengeti, durante los meses de julio y agosto.
En
octubre, cuando los pastos de la reserva se han empobrecido, regresan al sur, a
Tanzania, donde las llanuras comienzan a recuperar su frescor.
Allí darán
a luz nuevas crías y permanecerán hasta el próximo año, en que volverán a
repetirse el ciclo.
Era casi
el mediodía y nuestro guía localizó una pequeña ribera en el río, y después de
pensárselo dos veces, nos aseguró que si los ñus cruzaran el río, lo harían
justamente por allí.
Poco a
poco, la inmensa polvareda que se divisaba a lo lejos, iba acercándose en el
lugar exacto que sentenció Steve.
Fueron dos
largas horas de espera.
Lentamente,
los ñus más atrevidos se acercaban a la orilla del río y lentamente el resto de
la gran manada se iba concentrando en aquella pequeña ribera.
Cuando el
primer animal se atreve a meterse en el río, el espectáculo está servido.
Es casi
media hora indescriptible. Miles de animales cruzaron aquel estrecho río a gran
velocidad y temerosos de ser devorados sin piedad por las atroces mandíbulas de
los cocodrilos.
La
cortinilla del objetivo de mi cámara Nikon, iba también a una velocidad
frenética.
Fue una
experiencia inolvidable.
Ahora, quiero compartir con vosotros, algunos de estos lugares que por las circunstancias que fuesen, felizmente... perdí la respiración.
MIGRACIÓN
Más de un
millón y medio de ñus, cebras y búfalos se desplazan anualmente a las llanuras
de Massai Mara en busca de pastos frescos, procedentes de las desecadas tierras
de Serengeti, durante los meses de julio y agosto.
En
octubre, cuando los pastos de la reserva se han empobrecido, regresan al sur, a
Tanzania, donde las llanuras comienzan a recuperar su frescor.
Allí darán
a luz nuevas crías y permanecerán hasta el próximo año, en que volverán a
repetirse el ciclo.
Era casi
el mediodía y nuestro guía localizó una pequeña ribera en el río, y después de
pensárselo dos veces, nos aseguró que si los ñus cruzaran el río, lo harían
justamente por allí.
Poco a
poco, la inmensa polvareda que se divisaba a lo lejos, iba acercándose en el
lugar exacto que sentenció Steve.
Fueron dos
largas horas de espera.
Lentamente,
los ñus más atrevidos se acercaban a la orilla del río y lentamente el resto de
la gran manada se iba concentrando en aquella pequeña ribera.
Cuando el
primer animal se atreve a meterse en el río, el espectáculo está servido.
Es casi
media hora indescriptible. Miles de animales cruzaron aquel estrecho río a gran
velocidad y temerosos de ser devorados sin piedad por las atroces mandíbulas de
los cocodrilos.
La
cortinilla del objetivo de mi cámara Nikon, iba también a una velocidad
frenética.
Fue una
experiencia inolvidable.
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